martes, 16 de febrero de 2010

Otro año más sin vos.

Quiero elegir del mapa un lugar sin nombre a donde ir, será el lugar donde viva lo que quede por vivir -¡eso es mucho tiempo!-. Por eso de cada viaje me traigo el equipaje perdido. Por eso es que he decidido nunca olvidar, nunca olvidar.
-Andrés Calamaro.


Como dice la canción, decidí nunca olvidarte. Y acá estoy, después de once años, recordando aquel dieciseis de febrero de mil novecientos noventa y nueve, día en el que tu alma decidió abandonar la tierra para pasar al segundo plano, a un mejor lugar. Los recuerdos de aquella noche en la que me enteré que te fuiste para no volver, creo que nunca van a desaparecer de mi cabeza. Era chica, tenía sólo cuatro años pero me acuerdo como si fuera ayer. Todos sentados en la mesa, cena de celebración del cumpleaños de mamá. La nana -mi abuela-, en shock por la noticia. El llanto de ella, el de mis tías, el de mis tíos, el de todos los presentes. Cuando me sacan del comedor y me entretiene mi tio a lo lejos. La noche en lo de una de mis tías paternas. El llevarle flores. Las preguntas, ¿donde está el Tata, mami?. El buscarte en las 'estrellas', decir que ahí estas vos. Todo... ¿Sabés? Lamento tanto que no estés. Los años pasan y se nota cada vez más tu ausencia. Falta aquel hombre que salía a barrer el patio, que leía los diarios todas las mañanas, que fumaba en su pipa. Porque sé que las cosas serian mucho más diferentes si vos estuvieras acá. Como dice mi abuela, si el Tata estuviera, vos y él se vivirían peleando. Y sí, chocaríamos los dos con nuestro fuerte caracter; me retarías a diario por 'no hacer nada', me harías bromas, me harías calentar. ¿No ves? Yo necesitaba vivir eso, tal vez hoy sería una persona diferente si hoy estuvieras acá. Pero la vida, por una extraña rzón, no te quiso dejar pasar más días sobre la tierra. Hoy sé que estás arriba, mirándonos, cuidandonos a cada uno de nosotros y seguramente orgullosos de vernos crecer a nostoros, tus nietos. Sí, porque ahora tenés dos más, dos que no alcanzaste a conocer. Prometo seguir recordandote a diario, como lo hice cada día de mi vida. Voy a tener que esperar un largo tiempo para volver a verte pero, como siempre, la espera va a valer la pena. Te amo mucho, Tata ♥



Supongo que habrá una ciudad entera y me sirve de consuelo, si me esperas allá

-Andrés Calamaro.