martes, 19 de octubre de 2010

El descargo del año

¿Para qué despedirse? Las despedidas son tristes, absurdas, sólo sirven para llorar. ¿Y si simplemente lo dejamos en un "hasta luego"? Al fín y al cabo, vas a seguir en mi vida; pero las cosas no son como antes, ya no
Esta loca no va a pasar otra noche llorando por este hombre infame que rompió su corazón, por aquel que se declaró principe en tierras desconocidas cuando todavía sigue siendo un sapo. Esta chiquita e indefensa dice ¡BASTA! a tus estrategias y tácticas a la hora de besar; porque, creo poder decir con seguridad, vos nunca sentiste lo que es querer de verdad, lo que es sentir algo más allá de una amistad por otro.
Dejame decirte que éstas actitudes que tenés no son de las mejores. Dejame infomarte que ano vas a llegar a ningún lado, éste va a ser tu simple círculo vicioso del cual pordés salir vos solo, poniendole voluntad y ganas. 
No tomes con violencia estas lineas, simplemente quería informarte mi estado. Te pido por favor que no vuelvas, quién sabe si voy a estar acá para vos; y si estoy, no voy a caer en la misma trampa, hoy prometo y vuelvo a prometer luchar en tu contra, poder decir 'No' cuando vuelvas. Y aunque a veces se me vuele la cabeza al verte, o me sienta celosa de aquellas que juegan tu juego; me recordaré que simplemente jugás y que merezco -o creo merecer- algo más que un par de partidas a tu lado.
Mi presencia siempre va a estar, nunca me voy a ir, nunca te voy a decir adíos. Ya te dije, no me gustan las despedidas. Incluime en tu lista de amigos, y tachame de la otra, por favor.
Gracias, no más por favor; ya me cansé . .