"Yo voy a matar a alguien un día de estos" fue lo que le dije a una de mis compañeras hoy saliendo al recreo. Llega fin de año y las cosas se ponen densas. Esta época, además de estar llena de evaluaciones, recuperatorios, despedidas de año, corridas para comprar los regalos de navidad, ganas de salir a vacacionar, todos estamos muy cansados. Y yo no soy la excepción.
Ya me revienta soberanamente las pelotas tener que bancar las pendejeadas de mis compañeras. Osea, todo bien. Yo no soy la más madura, yo no soy una mujer correcta ni nada; pero tampoco hago cosas como las que hacen ellas. Flaca, ¿tenés un problema conmigo? Vení, decime
"Hey, ¿Podemos hablar?. Me pasa ésto, ésto y ésto otro." ¡LISTO! Yo te escucho, te corrijo y lo tomo como una crítica constructiva, ya está. Pero que vengas a decir
"Ay, porque es mi mejor amiga y yo sí bla bla bla". Allá vos con tu relación que tenés con esa persona. Cualquier cosa, si nuestra relación se afecta, no tiene por qué afectarse la tuya. Ni vos entendés las incoherencias que decís. Porque vos te equivocás y no pasa nada. Nos equivocamos los de afuera y es el apocalipsis.
Matate, flaca.